Calidad versus Ecológico
- Javier Piris
- 17 feb 2017
- 2 Min. de lectura

La Calidad es la meta principal que cualquiera debe buscar, y con mucho más ahínco un agricultor que cultive de manera ecológica, como es nuestro caso. Ésto, que parece tan obvio pero no lo es, es una de las principales lecciones que hemos aprendido en los 9 años de andadura que ya llevamos.
Nuestra meta es producir y ofrecer los productos de la Máxima Calidad posible, una meta que conlleva mucho esfuerzo, conocimientos y organización. Esa es la única manera de que nuestros "clientes" (a los que nos cuesta considerarlos como tales, pues siempre hay más que una mera relación comercial) busquen nuestros productos y sigan confiando en nosotros. Y resulta extremadamente gratificante saber que lo que estás ofreciendo es algo bueno. Al igual que es muy desagradable cuando ves que lo que ofreces no es como te gustaría que fuera.
Durante los primeros años en los que empezamos con la huerta teníamos la convicción de que cualquier producto cultivado de forma ecológica era ya de por sí un producto de calidad, simplemente por ser ecológico. Pero eso no es así, ni mucho menos. Puede darse incluso el caso (aunque ésto no sea políticamente correcto decirlo), que un producto convencional sea de mayor calidad en todos los aspectos que uno ecológico.
Durante muchas ocasiones, bien por desconocimiento, bien por necesidad, o bien por afán de negocio, se ponen a la venta ciertos productos que en ningún caso deberían estar de venta al público, salvo que se explique que son de calidad inferior y por qué, y salvo que el precio se ajuste conforme a ello.
Siempre nos acordaremos de la primera lección que recibimos en este sentido, allá por la primavera del 2009, al año siguiente de comenzar a cultivar la huerta. Ese año cultivamos algunas patatas tempranas como un experimento, muy poca cantidad, quizás salieron unos 20kg, que fueron muy pequeñas y deformes. Con el convencimiento de que esas patatas eran de calidad por el simple hecho de haber sido cultivadas de forma ecológica, se las vendimos a una clienta . Una clienta que no volvió a comprar nada más. En nuestro caso fue el desconocimiento lo que hizo que cometiéramos ese error.
Pero hay ocasiones en que esos errores no se cometen por desconocimiento, sino por afán de lucro. Y cuando esto sucede tenemos la obligación de denunciarlo para que no siga sucediendo, pues la agricultura ecológica se basa en gran medida en la confianza, y ciertas actitudes pueden hacer que esa confianza se quiebre.
Recientemente hemos comprado patatas a un productor ecológico de Ciudad Real, ecoysin, con la intención de ofrecerlas a nuestros clientes. Al recibir las patatas vimos que su calidad era muy mala, teniendo la apariencia de ser patatas de destrío. Al comunicarlo y solicitar una devolución del producto, la respuesta de esta empresa fue que eso no era posible, ya que en su opinión las patatas eran buenas y éramos nosotros los que teníamos un estándar de calidad muy alto. Para no entrar en juicio, con toda la pérdida de tiempo y de dinero que eso podía suponer, aceptamos un reembolso del 20% y nos quedamos con las patatas. Las ofreceremos como patatas de segunda, a precio inferior al coste.
Siempre hay que aprender de los errores y siempre hay que seguir aprendiendo.
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